lunes, 21 de diciembre de 2009

Sociedad Civil y Sociedad Política

Para determinar un concepto de sociedad civil, es necesario diferenciarla del concepto de Estado. La sociedad civil, si bien es el campo de acción de la libertad individual, donde se actúa de acuerdo a los intereses privados, no es una libertad salvaje sino una libertad organizada a través de restricciones y mecanismos que facilitan el ejercicio de dicha libertad, Por otro lado, existe una acepción de sociedad civil que nace precisamente de la disolución del Estado. Gramsci es el que desarrolla este concepto, rescatando ciertamente la dicotomía Sociedad Civil/Estado, pero diferenciándose del planteamiento marxista el proponer que la esfera de la sociedad civil se ubica en la superestructura y no en la base, es decir, en el ámbito de formación del poder ideológico y político. En la tesis gramsciana, el ideal marxista se concreta en la medida en que la sociedad civil absorbe a la sociedad política o Estado. En el pensamiento gramsciano la sociedad del consenso sólo es aquella sociedad destinada a surgir de la extinción del Estado (concepción post-estatal). Sociedad civil es pues, un concepto político que designa a la diversidad de personas con categoría de ciudadanos, actúan generalmente de manera colectiva para tomar decisiones en el ámbito público que concierne a todo ciudadano de su sociedad fuera de las estructuras gubernamentales.

Para definir a la sociedad política, es necesario tener en cuenta el proceso histórico al que se ciñe la humanidad. Por origen histórico se entiende, por el contrario, aquellas causas históricas, que hayan dado existencia temporal e histórica a una determinada sociedad política o Estado. Una definición de sociedad política, fundada en las interrelaciones subjetivas de sus individuos (convivencia según pautas, dominación, disputas...) obligará a incluir a las sociedades humanas más primitivas entre las sociedades políticas; por la misma razón habría que incluir a las sociedades de insectos o de primates. Afirmamos que existe la posibilidad de pensar en sociedades humanas cuyas características políticas, en sentido amplio, aun siendo específicas puedan seguir siendo cogenéricas (convivencia, dominación); pero que hay sociedades humanas cuyas características políticas no se encuentran de ningún modo en el plano zoológico. La organización de la sociedad política corre siempre a cargo de una parte de la misma que totaliza, a través del poder político, el resto de partes (aunque no del todo: totum sed non totaliter) proponiéndose como objetivo la eutaxia.

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