lunes, 16 de noviembre de 2009

MOVIMIENTOS SOCIALES SIGUEN VIGENTES

El movimiento social y popular no ha sufrido una derrota política contundente como en otros países de América Latina en los que el proyecto neoliberal se impuso de manera fulminante, devastando y reduciendo a la mínima expresión las estructuras sindicales y populares.
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Lo señalado quizá se deba a que los dogmas del libre mercado llegaron con cierto retraso al Ecuador y eso ha permitido evaluar las experiencias de otros países como México, Perú y Argentina. Si bien los programas de ajuste se vienen aplicando desde 1982 con toda su secuela de pobreza, reducción del gasto social y deterioro de los servicios públicos, el programa de privatizaciones recién comenzó con el gobierno de Sixto Durán Ballén que rige desde 1992.

Desde los movimientos sociales, se ha cuestionado los intentos de transferir a la empresa privada las áreas eléctrica y petrolera, la seguridad social, las tierras comunales y el agua de riego y el proyecto de introducir reformas legales para dar luz verde al proyecto autoritario, concentrador y excluyente.

La resistencia de los movimientos sociales, las pugnas entre los grupos económicos y la oposición de los partidos de centro y de izquierda han permitido neutralizar la fiebre privatizadora, impidiendo que la transferencia del acumulado público al sector privado se dé en forma total.

La oposición al modelo privatizador ha provenido sobre todo de la Coordinadora de Movimientos Sociales, que agrupa a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, CONAIE, (la mayor organización indígena del país, fundada en 1986), a los sindicatos del sector público, y unas cincuenta organizaciones urbanas y rurales.

La presencia de la Coordinadora de Movimientos Sociales se afianzó con el triunfo del NO en la consulta del 26 de noviembre de 1995, en la cual jugó un papel protagónico en la orientación del electorado.

A raíz de esta experiencia, la Coordinadora se planteó la participación electoral sin la mediación de los partidos. Con este fin se conformó el Movimiento Unidad Plurinacional Pachakútic-Nuevo País. Las reformas constitucionales aprobadas en el referéndum de agosto de 1994, permitieron la participación de los independientes sin afiliarse a ningún partido político.

El Movimiento Pachakútic Nuevo País impulsa la candidatura presidencial del independiente Freddy Ehlers, un conductor de un programa de televisión de gran audiencia, que en apenas dos meses de campaña, ha logrado situarse en el segundo lugar de las preferencias electorales, luego del candidato derechista Jaime Nebot, del Partido Social Cristiano, quien viene haciendo campaña desde hace siete años.

El Movimiento Pachakútic-Nuevo País postula como candidato a diputado nacional a Luis Macas, presidente de la CONAIE, e intervendrá en el proceso electoral del 19 de mayo de 1996 con candidatos en 35 de los 200 gobiernos seccionales, además de los candidatos a diputados provinciales.


OPINIÓN:

Con la consulta popular y el actual proceso electoral, es notoria la presencia de los movimientos sociales. Pero estas nuevas formas de intervención de las organizaciones sociales en el escenario público, se producen luego de una década de profundos cambios en el mapa de la organización popular ecuatoriana, en el que decaen unas expresiones organizativas, al tiempo que se constituyen y emergen otras.

En efecto, uno de los elementos más relevantes de la última década es el declive del movimiento sindical articulado alrededor del Frente Unitario de Trabajadores, FUT, que surgió en 1970 y actualmente agrupa a las cuatro principales centrales sindicales.

Como telón de fondo de la crisis sindical se encuentra el cambio del modelo económico. En efecto, en los últimos quince años, el país ha transitado de un modelo protegido de industrialización sustitutiva de exportaciones hacia un modelo de apertura internacional y fomento de las exportaciones, en donde la orientación central ha sido el pago de la deuda externa.

En este contexto, se han aplicado los programas de ajuste, se ha reducido el tamaño del Estado y ha crecido la informalidad, la industria ha perdido peso y se ha fortalecido el capital financiero y especulativo.

Junto a ello se han presentado otros factores de orden jurídico, ideológico y político (desaparición del bloque socialista, reformas laborales que limitan la organización sindical y la huelga, falta de democracia interna en las centrales, desprestigio de los dirigentes sindicales desde las cúpulas del poder) que han confluido para el declive del FUT.

En las décadas del 70 y 80, el movimiento sindical jugó un papel hegemónico en el movimiento popular. Indígenas, campesinos, pobladores, mujeres, jóvenes, participaban en los eventos y en las huelgas nacionales convocadas por el FUT, buscando que sus demandas específicas sean incluidas en la plataforma de lucha que elaboraba para negociar con los gobiernos de turno.

El punto más alto del protagonismo del FUT se produjo entre 1982 y 1983, durante el gobierno del demócrata cristiano Osvaldo Hurtado, como respuesta a un paquete de medidas de ajuste. Las movilizaciones fueron tan fuertes que el gobierno quedó prácticamente maniatado.


ESTE ES DEL DIA VIERNES 13 DE OCTUBRE.

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