El fetichismo materialista del día de los difuntos nos demuestra la capacidad simbólica que tienen los creyentes católicos ante sus muertos y el miedo ante la muerte. ¿Qué pasa cuando lo material trasciende a lo ideal?.
Nos deja un día de los difuntos lleno de cosas sin sentimiento, valor o simbología. La colada morada pasa a ser un objeto de adorno a las tumbas y los creyentes en meros consumidores de un producto que dice representar lo nuestro.
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